— El riesgo siempre existe, con una sola ingestión (borrachera) o el uso de bebidas mezcladas, hay probabilidad de desarrollar el síndrome de alcoholismo fetal, o una variante.
— ¿Conoce la ciencia qué sucedería si existiendo alcoholismo previo al embarazo se suspende la ingesta de alcohol durante la gestación?
— El período más vulnerable está entre las primeras 8 semanas de embarazo. No obstante, procesos complejos del sistema nervioso central ocurren en el segundo y el tercer trimestres. La suspensión brusca puede desarrollar el síndrome de abstinencia alcohólica que pone en peligro la vida de la mujer.
— ¿Los exámenes médicos pueden detectar alteraciones originadas por el síndrome de alcoholismo fetal?
— La mayoría de las características distintivas de este síndrome puede ser detectada por los controles habituales que se les realizan a las gestantes y al recién nacido.
— Existen varios factores que determinan la susceptibilidad individual, pero es bueno recordar que los efectos pueden verse también a largo plazo con patrones de inadaptación familiar, escolar y social.
— No sabría, doctor Coronado, si me aparto del tema, pero, ¿el alcoholismo en el hombre puede tener alguna influencia dañina en el momento de la concepción de un hijo?
— Está demostrado que afecta la síntesis y secreción testicular de testosterona con anomalías morfológicas del espermatozoide y trastorno sexual con impotencia permanente. Pero lo más importante en este aspecto parece ser la influencia en los hábitos de consumo de su pareja.
— ¿Algún criterio final?... Quizás referido a la prevención...
— La dramática realidad es que las adicciones han aumentado en las mujeres, y en edad fértil, por lo que ello implica un reto para la familia, las instituciones de salud y la sociedad en general donde prevenir será siempre mucho más eficaz que curar.