Anemia (Cont.)
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¿Determinadas etapas de la vida demandan suplementos de hierro?—Sí, sobre todo en el período de crecimiento en los niños y adolescentes y durante el embarazo.
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¿Cuáles son las señales fundamentales que nos pueden alertar de un padecimiento de anemia?—Cuando es ligera por lo general la persona no siente ningún síntoma, pero a medida que progresa la enfermedad se presenta cansancio o debilidad, sofocación y palpitaciones incluso después de un ejercicio ligero, mareos, palidez de la piel, falta de apetito, retardo en el crecimiento, dificultad en la concentración. En las embarazadas puede provocar parto prematuro.
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¿Cómo se establece el diagnóstico de certeza?—Es necesario realizar un buen interrogatorio al paciente y un examen físico correcto, en busca de los signos de anemia; y en cuanto a las pruebas de laboratorio se requiere hacer la determinación de la hemoglobina y del hematocrito (mide volumen de la masa de glóbulos rojos).
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¿En qué consiste el tratamiento?—Lo principal es identificar y tratar la causa que origina la deficiencia de hierro, para con posterioridad establecer la terapéutica sustitutiva adecuada, mediante el mejoramiento de la calidad en la alimentación en los casos requeridos o administrando sales de hierro por vía oral o intramuscular.
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¿Es posible la prevención en el tema que nos ocupa?—Sí, en primer lugar manteniendo una dieta balanceada. En cuanto a las mujeres, deben acudir al ginecólogo si presentan menstruaciones muy abundantes y hacer el tratamiento profiláctico con sales de hierro durante el periodo de gestación y lactancia. Para toda la población: consumir alimentos enriquecidos con hierro.
En nuestro país se fortifican con hierro los alimentos que contienen harina de trigo, las compotas o puré de frutas, la leche evaporada, y otros. Es importante conocer que los productos lácteos, el café y el té, interfieren con la absorción del hierro de los alimentos, por lo que deben comerse o tomarse en horarios fuera del almuerzo y la comida.