—¿Qué procederes se emplean para establecer un diagnóstico de certeza?
—El diagnóstico es puramente clínico.
—¿Se puede confundir o enmascarar con algún otro trastorno?
—Una apraxia aislada es inconfundible, pero en muchos casos otros síntomas que pueden presentarse como parte de la misma enfermedad hacen difícil su reconocimiento.
El examen de la apraxia, como de otros aspectos de la actividad nerviosa superior, necesita tiempo y paciencia y constituye una especialidad dentro de la Neurología que se denomina Neuropsicología.
—¿Tiene tratamiento?...
—El tratamiento de este trastorno es en parte el tratamiento de la causa que lo produce. Aparte de ello puede contribuir también a su mejoría la “rehabilitación cognitiva”, una técnica dirigida a facilitar la recuperación de defectos de la actividad nerviosa superior.
—En general, ¿cuál es su pronóstico?
—Estará en dependencia de la causa. Hay casos en que desaparece espontáneamente, otros en los que el tratamiento puede eliminarla y otros en los que sigue aumentando sin que pueda evitarse.
—¿Alguna recomendación especial para estos pacientes y sus familiares?
—Establecer las consultas necesarias con el personal especializado en estos trastornos, y, cuando esté indicada, mantener la perseverancia en la rehabilitación.
—Dejo abierto a su consideración un espacio final...
—Hace más de un siglo el famoso neurólogo Hughligs Jackson escribió lo siguiente. Hay unos 30 músculos implicados en el movimiento de la mano que están representados en el sistema nervioso en miles de diferentes combinaciones para lograr movimientos muy distintos. Esto es similar al hecho de que con unas pocas notas musicales pueden hacerse acordes, melodías y sinfonías. Esperamos que el desarrollo de la cibernética contribuya a la comprensión de este ordenador excepcional que es el cerebro.