Es un axioma médico sobradamente conocido: no hay enfermedades sino enfermos. ¿Por qué entonces llevarnos a engaño, por desconocimiento o inadvertencia, y aceptar la automedicación, lo que es decir el empleo de medicamentos, productos naturales u otros remedios por iniciativa propia?
La conclusión de los expertos es inapelable: jamás debe administrarse medicamento alguno que no haya sido indicado por un especialista. De lo que se trata, para mantener o recuperar nuestra salud, es alcanzar de forma individual y colectiva la cultura necesaria para usar medicamentos solo cuando, puestos en una balanza riesgo y beneficio, el fiel se incline por el segundo.
Un experto en la temática, el doctor Julián Pérez Peña, director del Centro Nacional de Desarrollo de la Farmacoepidemiología, adscrito al Ministerio de Salud Pública, es el invitado.
-¿Quiénes serían los más vulnerables cuando hablamos de automedicación: los niños, adolescentes y adultos, o los ancianos?
-Todos esos grupos son vulnerables. Pero más aún los niños y los ancianos.
El alcohol puede afectar una zona del cerebro llamada corteza frontal.
Prácticamente no existe en el mundo un solo alcohólico feliz de serlo; si al alcance de su mano estuviese una tableta capaz de curarlo instantáneamente de esa fatídica adicción, no vacilaría un solo instante en...