La Doctora en Ciencias Médicas Elena Joa Miró plantea con nitidez el concepto: la aniridia no es, como el término pareciera indicar, ausencia del iris en el ojo, sino un desarrollo incompleto del iris, el disco membranoso que da color al órgano de la visión y que tiene un agujero central (la pupila). Su función es regular la cantidad de luz que debe entrar en el ojo, por lo que estos pacientes van a sufrir de molestias a la luz (fotofobia).
Este defecto del denominado gen PA X 6, precisa, se produce durante el desarrollo del globo ocular, por lo que es congénito (se nace con él), y puede o no ser hereditario.
La doctora Joa es jefa del Servicio de Oftalmología del Hospital Universitario Pedro Borrás, y colaboradora del importante libro Oftalmología (Editorial Ciencias Médicas, 2003), del Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana.
-¿Es uno o son varios los tipos de aniridia existentes?
-Son varios, y, dependiendo de la cantidad de iris que se logre desarrollar, se clasifican en aniridia casi total, parcial, o la aniridia que solo afecta el borde de la pupila, fundamentalmente.
Igualmente, el niño presentará mucha molestia a la luz, por lo que a veces no quiere abrir los ojos.
-¿Se asocian otros trastornos oculares a los pacientes con esta dolencia?
-Sí. En dependencia de la cantidad y calidad del iris desarrollado, y de otras estructuras que puedan estar involucradas en el defecto de desarrollo del globo ocular (córnea, cristalino, retina, nervio óptico), se presentarán otros trastornos como nistagmo (movimiento involuntario de los ojos), glaucoma, catarata, lo que conduce a un bajo desarrollo de la agudeza visual.