Los secretos del amor duradero(Cont.)
Si de manera habitual la oxitocina pudiera medirse durante los primeros meses de formarse una pareja, pudiera convertirse en un indicador de la duración y la estabilidad de esa relación.
Los niveles de oxitocina se vinculan con la reciprocidad entre sus miembros y también con el afecto, muestras de cariño y compañerismo. Así como por la ansiedad y preocupaciones compartidas por ambos en relación a asuntos comunes.
Cuando las parejas se tocan más, pasan más tiempo juntas y se prodigan muestras de afecto y de cariño, la oxitocina aumenta y es muy positivo para ambos.
Si los niveles bajan porque todo lo anterior falla, es difícil prolongar la relación.
AUN HAY MÁS
A través de la RMN se pudo demostrar como el cerebro de las parejas conservadas por más de veinte años, cuando veían la imagen de la persona amada se podía comportar de forma similar al de las personas recién enamoradas pues se activaban de igual manera las regiones donde se fabrica dopamina.
La dopamina es un neurotransmisor responsable de la sensación de euforia, tan común en el comienzo de las relaciones. Además, regula el sistema de recompensa, el encargado de la respuesta a estímulos placenteros.
El sistema de recompensa se activa en determinadas parejas duraderas pues es capaz de prolongarse en el tiempo tal como sucede con un nuevo amor. También está relacionado con los sistemas implicados en el apego y el emparejamiento.
SE PUEDE CONSEGUIR
Conseguir un aumento de la dopamina y de la oxitocina en nuestras parejas y en nosotros mismos, se puede conseguir con poco esfuerzo
Cada cual puede hacer cosas no totalmente de su agrado pero deseadas por la otra persona o aumentar la frecuencia de determinadas actividades comunes como pueden ser de superación, laborales, hogareñas, económicas u otras, capaces ser positivas y estimulantes para los dos.
Sorprender con algo novedoso y grato es de mucha ayuda. Las sorpresas agradables aumentan los niveles de dopamina, lo que contribuye a mantener vivo el éxtasis romántico.
Las parejas habitualmente no se rompen de forma inesperada y brusca pues se trata de un proceso de descomposición paulatino.
No obstante, el amor romántico en las relaciones largas es un fenómeno real y deseable para todos, hijos incluidos.