En la saliva, el humo proveniente de los tabacos se disuelve con más facilidad que el humo de los cigarrillos.

Y de esta manera obtienen su dosis necesaria de nicotina sin necesidad de llevar el humo a sus pulmones.

Por supuesto, el humo de segunda y tercera mano generado, para grave perjuicio de los fumadores pasivos, puede mantenerse durante horas en una habitación.

Los daños, incalculables

Casi todos los tabacos de tamaño medio contienen la misma cantidad de nicotina de varios cigarrillos.

Estos últimos poseen alrededor de 8 milígramos de nicotina en cada uno de ellos como promedio.

Marcas conocidas de tabacos o puros pueden contener entre 100 y 200 milígramos. Algunos pueden alcanzar incluso la asombrosa cantidad de 444 milígramos de nicotina.

Y la cantidad incorporada al fumador puede ser variable inclusive entre las personas fumadoras del mismo tipo de tabaco.

Depende de diferentes factores tales como por cuanto tiempo la persona se fuma el tabaco, la cantidad de bocanadas realizadas y la profundidad de las mismas o si el fumador aspira o no el humo.

Todas estas variables y la amplia variedad de tabacos o puros expendidos en los mercados hacen casi imposible establecer un cálculo medio confiable de las cantidades de sustancias tóxicas y de nicotina liberada por estos envenenadores humeantes a cada fumador.

Y también a las inocentes víctimas conocidas como fumadores pasivos. Son los contaminados por el humo de segunda y tercera mano.

Para todos ellos el daño a la salud es similar al de los fumadores de cigarrillos.

Por lo tanto, si aun se está a tiempo y antes de producir un daño irreparable a su salud o a la de sus seres más queridos, ¡DEJE DE FUMAR!

Dr. Alberto Quirantes Hernández, Jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital Docente "Dr. Salvador Allende"
Fuente: CUBAHORA