La violencia ejercida contra el propio cuerpo o autoviolencia constituye otro punto de vista para abordar el problema social llamado violencia.
Algunas personas agreden su propio cuerpo cuando sufren y por tanto como una evasión consumen alcohol, drogas, tabaco o simplemente descuidan su alimentación y permiten la obesidad.
Por esa razón, resulta lógico ampliar la significación de la violencia, un fenómeno que suele entenderse sólo en las relaciones entre los seres humanos y también considerar la de cada cual hacia su propio organismo o autoviolencia.
Los actos agresivos tienen un condicionamiento anterior, llamada por nosotros previolencia, resumida en el estrés no positivo.
El funcionamiento físico y mental del cuerpo humano se desestabiliza ante una situación percibida como amenazante, un padecimiento posible en todas las edades, desde los niños hasta los adultos.
Esta inestabilidad del organismo representa un problema global pues sucede en todas partes del mundo. Se divide en tres categorías: estrés positivo, negativo y neutro.
Los más agresivos son el estrés negativo y el neutro que, a largo plazo, pueden desencadenar o agravar enfermedades y conducir incluso a la muerte.
Diferentes situaciones sociales propician desarrollar un estrés negativo: la percepción de amenazas, sufrir la presión de un grupo como el colectivo de trabajo, los problemas en el hogar y conyugales, presentar un padecimiento, tener a un ser querido enfermo o una mascota, la frustración, las dificultades financieras y muchas más.
La memoria es una función del cerebro. Permite almacenar, clasificar y recuperar las informaciones pertenecientes al pasado.
Gracias a ella se almacenan las vivencias. Según su alcance en el tiempo existe la memoria a corto plazo y es donde se manipula la información actuante con el...