Una reciente investigación publicada en la revista de la Asociación Médica Norteamericana (JAMA por sus siglas en inglés), proyecta una sombra de duda sobre la seguridad y efectividad de los suplementos de vitamina E y otros antioxidantes, aunque se aclara que los hallazgos se refieren sólo a las píldoras de vitaminas y no a las dietas que contienen alimentos ricos en antioxidantes.
Durante las últimas décadas, la vitamina E ha sido promovida como un arma poderosa para retardar el envejecimiento y proteger desde las arrugas hasta el cáncer y la demencia senil.
Según los criterios científicos en boga, las vitaminas, minerales y enzimas contentivas de antioxidantes tienden un manto protector en nuestro organismo para defendernos de los denominados radicales libres, responsables de la disminución de nuestro sistema de defensa y capaces de originar también deterioro celular, envejecimiento prematuro y otros trastornos.
Bien entendido que los radicales libres desempeñan un papel principal en los mecanismos del sistema inmunológico, al luchar contra bacterias y virus e intervienen, además, en los procesos de producción de energía.
Cuando se le pregunta a una persona cuáles fueron los alimentos ingeridos hace tres días, muy probablemente la colocamos en un aprieto, pues rascándose la cabeza dubitativamente, con casi absoluta seguridad no puede argumentar una respuesta. Sin embargo, si estos datos los llevara anotados en...