Sin que los avale un diploma de médico hay quienes recetan, para citar un ejemplo, el uso de la kanamicina o la estreptomicina, olvidando que sin una estricta indicación especializada, pueden originar daños en el riñón y afectar la audición. O la tetraciclina, con riesgos de causar trastornos gastrointestinales, manchas de la piel y los dientes...
La mirada de hoy a la automedicación, e incluso la medicación, estará dirigida principalmente al anciano, a propuesta de mi entrevistada la doctora Mayra Levy Rodríguez, especialista de segundo grado en Farmacología y Profesora Auxiliar del Instituto Superior de Ciencias Medicas de la Habana, quien es coautora de un libro de reciente aparición: Farmacología general.
-¿Considera que los ancianos son los más vulnerables en el tema que nos ocupa?...
-Sin lugar a dudas. Las personas mayores de 65 años, por efecto del propio proceso de envejecimiento, son más vulnerables a las enfermedades, consumen de 2 a 3 veces más medicamentos que el promedio de la población general y por ello tienen más posibilidades de sufrir reacciones debidas a interacciones medicamentosas.
A modo de ejemplo: numerosos fármacos se acumulan en el organismo y provocan efectos tóxicos, como ocurre con la gentamicina, estreptomicina, captopril, digoxina, furosemida, ranitidina, entre otros.
-¿Dónde situaría usted las fronteras entre el buen uso y el abuso de medicamentos en el adulto mayor?
-El buen uso lo da el seguir al pie de la letra las indicaciones del medico y del farmacéutico; el abuso viene dado por la administración inadecuada, bien sea en cantidad de medicamentos o en las dosis.-¿Y concretamente los peligros de la automedicación?
-Entre sus consecuencias te citaría el enmascaramiento de la enfermedad, su prolongación o agravamiento, resistencia a los fármacos utilizados, o llegar incluso hasta la dependencia.
Un conocido y típico ejemplo de automedicación se genera a partir del insomnio, que para combatirlo las personas suman y suman medicamentos y remedios que, a veces, predisponen a caídas durante la noche, estreñimiento o pérdida de memoria, cuando muchas veces es posible solucionar los desvelos con oportunos consejos sobre cambios en el estilo de vida y hábitos nocturnos.
No todos conocen que el límite máximo de colesterol diario a ingerir con los alimentos es de 300 miligramos, ni que la yema de un huevo contiene aproximadamente 213 miligramos, por lo que al ingerir dos huevos diarios ya estamos sobrepasando el techo permitido. En la mayoría de las personas...