Desde hace más de dos décadas los científicos describieron el denominado síndrome de alcoholismo fetal desencadenado por la ingesta de alcohol durante el embarazo. Al esclarecimiento de este hallazgo va dirigida mi primera pregunta al doctor Ramón Enrique Coronado Mestre, clínico intensivista, Máster en Toxicología Clínica y diplomado en Perinatología, quien se desempeña en el Hospital Ginecobstétrico Eusebio Hernández, de Marianao.
— ¿Qué es ciertamente el síndrome de alcoholismo fetal?
— Como sabemos, un síndrome es un conjunto de síntomas y signos interrelacionados entre sí. En este caso es la denominación dada a un patrón de defectos congénitos, físicos y mentales inespecíficos e irreversibles que puede presentarse en el 40% de los recién nacidos de madres con alcoholismo crónico.
— Retardo del crecimiento fetal y también del niño o la niña después del parto, anomalías típicas del cráneo y de la cara, y alteración cerebral.
— ¿Se sabe qué lugar ocupa el retraso mental entre las consecuencias producidas por el alcohol?
— Es la primera causa identificada de retraso mental, la tercera de malformaciones congénitas y el causante de anomalías número uno en el mundo occidental. Lo importante es saber que todo ello se puede prevenir completamente.
— ¿Conoce la ciencia cómo se producen los efectos dañinos del alcohol sobre el feto?
— Son varios los mecanismos. Entre ellos favorece la muerte de neuronas y disminuye la absorción de proteínas, vitaminas y minerales esenciales para el crecimiento fetal.
— El sentido común nos indicaría, doctor Coronado, que si una sustancia es tóxica durante el embarazo, lo mejor sería evitarla del todo. No obstante, una precisión: ¿cualquier dosis es capaz de lesionar al feto?
— No está determinada la "dosis segura" para una mujer embarazada. Se recomienda, por tanto, la abstinencia total.
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