El amor en los seres humanos procede de la percepción de que otra persona lo llene a uno de felicidad y satisfacción existencial.
Habitualmente se idealiza a la contraparte objeto de esta expectativa.
Cupido, con los ojos vendados, es el símbolo del amor romántico. Representado con un arco y una flecha entre sus manos, dispara un tanto al azar sobre las personas a fin de producir el enamoramiento.
Amor y Medicina
De una forma más racional, el amor de pareja se puede definir como un estado desarrollado en el cerebro como resultado de un proceso químico, según señala la Sociedad Española de Neurología.
En el amor tienen un papel importante algunas partes del cerebro, entre ellas el hipotálamo y la corteza prefrontal. Por algunos han sido estimadas hasta doce las áreas del cerebro involucradas en el sentimiento llamado amor.
Desde el punto de vista químico, un papel importante es atribuido a la dopamina, un neurotransmisor también conocido como “el químico del amor”. Por eso, se ha demostrado en las personas enamoradas una mayor actividad en las áreas cerebrales relacionadas con la dopamina.
El aumento de este mediador químico pudiera generar una elevación de la energía, la motivación y el sentimiento de regocijo.
Pudiera decirse que el sentimiento amatorio pudiera desencadenar cambios neuronales en áreas del cerebro vinculadas con la percepción. Por eso las personas enamoradas encuentran a su pareja con características más especiales en relación al resto de las personas.
El alcohol puede afectar una zona del cerebro llamada corteza frontal.
Prácticamente no existe en el mundo un solo alcohólico feliz de serlo; si al alcance de su mano estuviese una tableta capaz de curarlo instantáneamente de esa fatídica adicción, no vacilaría un solo instante en...