La comida chatarra es adictiva
La comida chatarra puede provocar en el cerebro similares afectaciones químicas a las producidas por drogas muy adictivas como la cocaína y la heroína.
Los comestibles de este tipo pueden conducir a la llamada “adicción a la comida chatarra”. Este tipo de comida tan poco nutritiva contiene elevadas cantidades de azúcar, grasas, sal y alimentos refinados.
Las primeras observaciones fueron hechas en el 2001 por investigadores de las universidades de Florida y Princeton cuando detectaron signos de adicción en animales alimentados con comida chatarra.
Los desencadenantes
El azúcar es parte esencial de la comida chatarra. Un grupo de ratas fueron alimentadas durante un mes con un jarabe de azúcar similar a las concentraciones encontradas en las gaseosas.
Al cabo de este tiempo desarrollaron cambios cerebrales reflejados en su conducta de manera similar en ratas adictas a la morfina.
Se daban atracones del jarabe y cuando se lo retiraban presentaron signos de abstinencia pues se mostraban inquietas y ansiosas.
Cambios cerebrales
Un neurotransmisor es una molécula producida en el cerebro. Transmite información de una neurona a otra consecutiva mediante una conexión especial.
La dopamina es un neurotransmisor asociado con la búsqueda y sensación del placer provocado por drogas, sexo, comidas, etc.
La dopamina tiene muchas funciones en el cerebro, incluyendo papeles importantes en el comportamiento y la cognición, la actividad motora, la motivación y la recompensa, el sueño, el humor, la atención, y el aprendizaje.
Es una sustancia química fundamental para el aprendizaje, la memoria, la toma de decisiones y la creación del circuito de satisfacción y recompensa.
Los cerebros de las ratas presentaron, al cabo de cierto número de días, descargas de dopamina cuando repetían la ingestión del azúcar administrado.
Determinadas personas frente a sus comidas favoritas también experimentan un aumento de la dopamina en una región cerebral involucrada en la toma de decisiones.
Es la misma zona del cerebro activada en los alcohólicos cuando se les muestra una botella de bebida al levantarse por las mañanas o a los cocainómanos al enseñarles una bolsita de polvo blanco.
Puede actuar la genética
Existen personas nacidas con una sensación más orgásmica por la comida.
Ese placer innato por determinados alimentos impulsa a algunos de ellos a comer de más.
Si a tiempo no establecen un control sobre los primeros y tal vez más débiles impulsos, incontrolablemente ellos se intensifican y sobreviene el excesivo peso corporal en todas sus variantes, desde el sobrepeso hasta alcanzar en muchos casos exageradas cantidades de libras, la llamada obesidad mórbida y en todos ellos su secuela de muertes, ingresos hospitalarios, discapacidades, mutilaciones y muchos sufrimientos.
M.Sc. Dr. Alberto Quirantes Hernández
Profesor Consultante y Jefe del Servicio de Endocrinología
Hospital Docente Dr. Salvador Allende
La Habana, Cuba.
E. mail: alberto.quirantes@infomed.sld.cu