Consumir pescado horneado o asado por lo menos una vez a la semana pudiera proteger al cerebro de los efectos de la enfermedad de Alzheimer y disminuir el riesgo de deterioro cognitivo leve, fomentando la salud cerebral.
EL PESCADO Y EL CEREBRO
Quienes padecen de deterioro cognitivo leve tienen una pérdida de memoria menos grave que los que sufren de Alzheimer, pero con frecuencia terminan desarrollando esa enfermedad.
Lo anterior se infiere de una reciente investigación realizada en el Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh donde se utilizó la resonancia magnética nuclear tridimensional del cerebro donde pudo comprobarse que quienes comían pescado horneado o asado tenían cerebros más grandes.
El pescado no frito pudiera contribuir a preservar las neuronas de la materia gris, fortaleciéndolas en las zonas cerebrales consideradas esenciales para la preservación de la memoria y de la cognición. Y esto es importante pues esas áreas cerebrales están en alto riesgo de enfermedad de Alzheimer.
INTERESANTES HALLAZGOS
Fueron investigados en 260 individuos mayores mentalmente sanos. A todos los participantes se les realizó la prueba tridimensional para hacerles un mapa del tamaño de la materia gris de cada individuo y se les dio seguimiento durante diez años. Todos ellos también completaron un cuestionario de frecuencia alimentaria.
Al final de la investigación se pudo comprobar que 163 de los participantes del estudio comían pescado horneado o asado al menos una vez por semana, y la mayoría consumían pescado entre una y cuatro veces por semana.
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