Apraxia es la pérdida de la práctica para la acción, define “en dos palabras” el doctor Ramón Beguería Santos, especialista de segundo grado en Neurología y Profesor Consultante del Hospital Clínico-Quirúrgico Hermanos Ameijeiras, en esta capital.
Por tanto, es un trastorno de la actividad nerviosa superior que consiste en la incapacidad de realizar un acto, generalmente aprendido, sin que la persona tenga falta de fuerza, de coordinación, de sensibilidad, ni movimientos involuntarios y, además, teniendo plena conciencia de lo que se le pide.
"Si quisiéramos decirlo de otra forma -anota- es como si hubiese olvidado cómo se realiza la actividad. Por ejemplo ante la solicitud a estos pacientes de “haga como si se peinara”, entienden lo que se les pide, saben lo que es un peine pero no pueden peinarse. Ese patrón de conducta aprendido lo han olvidado".
—¿Es un síntoma de otras dolencias, o una enfermedad en sí misma?
— Es un síntoma de enfermedad del cerebro, específicamente del lóbulo parietal, en general del hemisferio dominante que es el izquierdo en todas las personas diestras y en la mayoría de los zurdos.
—¿Es una o son diversas las manifestaciones de la apraxia?
—Son varias, que transitan desde la desorganización de los gestos que permiten dibujar, vestirse, hasta dificultades para mostrar los dientes, lamerse los labios, reproducir la mímica de la alegría y tristeza, entre otras.
—¿Tienen el mismo denominador común para su aparición o desencadenamiento?
—Existen apraxias producidas por lesiones agudas como infartos o hemorragias, otras de comienzo insidioso y evolución progresiva como las producidas por tumores. En las demencias como la enfermedad de Alzheimer pueden verse apraxias que en ocasiones predominan en el comienzo de la enfermedad. En niños con lesiones cerebrales y retraso mental puede haber incapacidad para aprender actividades como saltar sobre una vara, golpear o patear una pelota.
—¿Es relativamente frecuente?
—En realidad es poco común, en parte porque el paciente afectado de estos síntomas generalmente no se queja de ellos en el contexto de su enfermedad, y, también, porque el médico no la busca al atender más a otros síntomas.