Diabetes y depresión
Se deprime habitualmente una persona a quien se le diagnostica diabetes. No resulta para nada agradable conocer del padecimiento de una enfermedad para todo el resto de la vida.
Se considera algo difícil convivir con una dolencia de manera permanente y la necesidad de cambiar costumbres y formas de vida.
Diabetes y depresión
La depresión dificulta hallar una motivación para cuidarse, hacer dieta y ejercicios, realizar otras faenas vinculadas con la enfermedad como es la realización doméstica de las glicemias, llevando un control estricto, pues a veces el estado de ánimo se abate e incluso levantarse de la cama ya requiere un esfuerzo.
En un diabético deprimido el control metabólico de su enfermedad puede empeorar.
Habitualmente, cuando ambas situaciones concurren en una misma persona, suelen tratarse de forma separada. Para muchos, cuando se arregla una sola de ellas, la otra también debe mejorar.
Debe ser simultáneaCuando el estado depresivo se deriva de la enfermedad, ambas situaciones deben manejarse al mismo tiempo, según fue demostrado en la Universidad de Georgetown en Estados Unidos.
En estos enfermos se recomienda comenzar a realizar un tratamiento conductual o de intervención donde se trata la diabetes mellitus y la depresión al mismo tiempo.
Muchos de los cambios en el estilo de vida necesarios en la
diabetes mellitus también mejoran el estado de ánimo.
Con los diabéticos deben realizarse reuniones colectivas en ágiles sesiones de intercambio y motivación guiadas por un personal especializado con respuestas personalizadas para cada uno de los participantes.