El bostezo, ¿es útil y contagioso?
Un bostezo es la acción incontrolada de abrir la boca con separación muy pronunciada de los maxilares con el fin de realizar una inhalación profunda seguida de una exhalación algo menor de lo inhalado con cierre final de la apertura de la boca.
Cuando se bosteza, también se estiran los músculos faciales, se inclina la cabeza hacia atrás, se cierran o entornan los ojos, se lagrimea, se salivea, se abren las trompas de Eustaquio del oído medio y se realizan muchas otras acciones como son cardiovasculares, neuromusculares y respiratorias.
Los bostezos espontáneos existen desde hace más de 200 millones de años y es una acción habitual entre los animales vertebrados. Los mamíferos y la mayoría del resto de animales dotados de columna vertebral bostezan, incluyendo serpientes, cocodrilos, peces, aves y tortugas.
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Sobre los bostezos
La creencia popular dice que bostezamos cuando se tiene sueño, hambre o aburrimiento. También se suele conferir a los bostezos un significado negativo pues tendemos a pensar que si se está hablando con alguien y esa persona bosteza, es porque se está aburriendo, aunque eso no tiene nada que ver con la realidad.
En el ámbito sexual también aparecen los bostezos, y muy frecuentemente después del orgasmo, etapa para nada aburrida. Otro ejemplo de que no se trata de un mero signo de cansancio o hastío es que se ha podido comprobar, gracias a la ecografía, que los fetos ya bostezan cuando se encuentran en el útero materno.
Teorías sobre la utilidad del bostezo
Aunque su utilidad sigue siendo un enigma y en el día de hoy no hay nada concluyente ni ninguna hipótesis que cuente con la aprobación de la comunidad científica, existen diversas conjeturas para explicarlo.