El sodio es un mineral que el cuerpo necesita para mantener su función normal. Se utiliza para regular la presión arterial y el volumen sanguíneo. También es imprescindible para el funcionamiento de músculos y nervios. Su forma más común es el cloruro de sodio o sal de cocina pero también se encuentra en forma natural en la mayoría de los alimentos.
Es importante conocer que el 75% de la sal ingerida es "invisible" pues forma parte del contenido de galletas, pan, alimentos preparados o en conserva. Pero el sabor salado no siempre orienta sobre el contenido en sodio de los alimentos y bebidas de consumo habitual. Se encuentran elevadas cantidades de sodio en barritas de chocolate, pasteles, caramelos, bebidas refrescantes y yogures industriales.
El sodio también se encuentra en diversos productos alimenticios como pueden ser sacarina de sodio, glutamato monosódico, nitrito de sodio y polvo para hornear a base de bicarbonato de sodio y benzoato de sodio, presentes en condimentos y aliños como la salsa de soya y los cuadritos de caldo concentrado.
HABLANDO DE SAL
La sal de cocina, cloruro de sodio, contiene un 40% de sodio. Una cucharada pequeña, 5 gramos aproximadamente, contiene 2,300 miligramos de sodio.
La cantidad máxima diaria de sodio para un adulto es de 2,300 miligramos al día, cantidad que contiene una cucharadita de sal. El consumo recomendado es no más de 1,500 miligramos al día como una forma de preservar la salud.
Se ha calculado que los hombres consumen una media de sal de 11gramos diarios mientras que las mujeres se quedan en 8,1 gramos. Cualquiera que consuma más de uno o dos alimentos procesados al día, ingerirá una sobredosis de sal.
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